jueves, 18 de diciembre de 2014

LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Durante los primeros meses de la vida del bebé, debe alimentarse de leche, sin ser acompañada de zumos, agua e infusiones. Pero llega un momento en el que deja de ser exclusiva. 

Según la OMS y la AEDP, la lactancia materna debería ser exclusiva al menos hasta los 6 meses, y a partir de entonces, acompañarse de alimentación complementaria. Es importante mantener la lactancia materna por lo menos hasta los dos años del bebé.

Debemos estar atentos a ciertas señales que nos indican que el bebé está preparado para empezar a tomar otros alimentos: 
- Sabe sentarse sólo y sujetar su cabeza sin ayuda. 
- Tiene interés por los alimentos. 
- Coordina sus movimientos para llevarlos a la boca.
- Ha perdido el reflejo de extrusión. 

La alimentación a partir de los 6 meses es complementaria, y como su nombre indica, complementa a la leche materna. La leche debería ser el alimento principal hasta el año de edad, por tanto, todos los sólidos que le demos a nuestro bebé se deben dar siempre después de dar el pecho, y nunca deberían sustituir una toma de leche. Primero daremos el pecho y luego ofreceremos la comida, para que tome lo que le apetezca; es un error sustituir tomas de leche por alimentos, ya que la leche materna es más completa y rica nutricionalmente que los sólidos que le demos. 

Aunque es importante esperar a que nuestro bebé esté preparado para tomar otros alimentos aparte de la leche, en ningún caso deberíamos ofrecérselos antes de los 4 meses, ya que su organismo todavía es inmaduro y no está preparado  para asimilarlos; con ello aumentamos el riesgo de intolerancias alimentarias.

En ocasiones recibimos el consejo de introducir alimentos antes de los 6 meses, sin que el bebé cumpla los requisitos de madurez para tomarlos. Normalmente suele ser porque se cree que adelantando la AC vamos a conseguir que nuestro hijo aumente más su peso. 
En el caso de que haya un problema real por el que el niño no se está desarrollando de forma adecuada, habría que detectar cual es su causa y corregirla, aumentando su ingesta de leche (materna o artificial).
Si no hay un problema con el desarrollo del bebé y éste toma la leche que necesita y aún así es un bebé delgado, no hay motivo para adelantar la introducción de la AC, ya que no aumentará peso por muchos alimentos que ofrezcamos. 
No debemos confundir delgadez con enfermedad. La delgadez sería un posible síntoma a tener en cuenta a la hora de valorar la presencia de una enfermedad, y siempre dentro de un conjunto de valores. En ningún caso nuestro hijo estará enfermo por estar delgado. Recordemos que los percentiles infantiles simplemente nos ayudan a determinar donde está posicionado nuestro hijo con respecto a otros 99 niños de su edad. 

A lo largo de los últimos 6 meses del primer año de vida del bebé, las reservas de hierro y zinc del cuerpo del niño empiezan a disminuir. Ya que la leche es deficitaria en estos minerales, conviene ofrecer alimentos ricos en ellos. 

Conviene recordar que los alimentos deben ofrecerse, nunca obligar al bebé a comer en contra de su voluntad, ya que sus necesidades calóricas y nutricionales están cubiertas con la leche materna. La AC, aunque en parte les nutre, es una manera de que empiecen a relacionarse con la comida.  

No son recomendables ciertas prácticas relativamente habituales:
- Ponerles el chupete después de darles una cucharada: les estamos obligando a tragar en contra de su voluntad, de esta manera se fomenta la obesidad.
- Ofrecer biberón de papilla de cereales: es más cómodo para los padres pero no es aconsejable porque se aumenta el riesgo de caries y obesidad. 
- Dar de comer con la televisión: intentaremos no entretenerles para qué tenga conciencia plena de lo que comen en casa momento. 
- Coacciones o amenazas.

Con respecto a la forma de ofrecer los alimentos, no es necesario comenzar a dar purés. Si hemos respetado el ritmo de nuestro bebé a la hora de comenzar su alimentación, él sabrá gestionar fácilmente el alimento en su boca; si ha perdido el reflejo de extrusión, será capaz de toser para expulsar un alimento para no atragantarse.
No obstante es muy importante ofrecer alimentos adaptados a su edad y capacidad, ser coherentes con su alimentación, y por supuesto, estar siempre presentes mientras los bebés comen para evitar cualquier situación de peligro. 
Los alimentos deberán ser siempre sanos, sin azúcar ni sal añadidos. Es un buen momento para comer todos juntos a la mesa, hacer una alimentación sana, y ofrecer a nuestro bebé los alimentos que comamos nosotros, que por su edad y capacidad pueda tomar; así conseguiremos que nuestro hijo tenga una buena relación con la comida. 
Y por supuesto, no debemos olvidar que es un bebé, y va a comer una cantidad de comida adaptada a sus necesidades calóricas, que son más bajas que las de un adulto.







miércoles, 10 de diciembre de 2014

MI PECHO VUELVE A ESTAR BLANDO...¿HE DEJADO DE PRODUCIR LECHE?

Esta duda suele asaltar a muchas madres, es uno de los mitos más extendidos sobre la lactancia materna. Pero no es más que una falsa creencia, aunque en ocasiones ha llevado a muchas mujeres a terminar con su lactancia demasiado pronto. 

El pecho es un órgano cuya principal función es la de producir leche. Pasa muchos años de su vida inactivo, y cuando se pone en funcionamiento tarda un tiempo en regular su producción. 

La generación de leche en los primeros meses de lactancia se ve influenciada por los altos niveles de prolactina que existen en el organismo. A medida que va pasando el tiempo, los niveles hormonales de la mujer vuelven a regularse y la lactogénesis deja de depender de la hormona prolactina, y pasa a depender de que se produzca un correcto vaciado del pecho. Así, cuanto más se vacía el pecho, mayor producción de leche. 

Es común los primeros días que los pechos siempre estén llenos de leche tanto si se tiene estímulo como si no, más aún cuando pasa un rato desde que el bebé tomó por última vez. En ocasiones se puede producir una ingurgitación mamaria, que suele ser más común cuando "sube la leche" por primera vez. Esto se corresponde con un llenado del pecho acompañado por una inflamación.
Nuestro organismo es muy sabio, y estos primeros meses de lactancia le sirven de entrenamiento para dar tiempo a las mamas a regular su producción de leche a la demanda real del bebé. Iremos comprobando como cada vez nuestros pechos se van llenando menos y pasamos de notar "subidas de leche" de forma espontánea, a notarlas únicamente después de que nuestro hijo succione el pecho durante unos minutos.

La producción se suele regular en torno a los 3 meses. Cuando notan esto, muchas madres piensan que su pecho ha dejado de formar leche; antes lo notaban siempre lleno, incluso goteaba, y ahora nunca ocurre. Lejos de esto, la realidad es que ahora los pechos están funcionando a pleno rendimiento, y la cantidad de leche que se produce se ha adaptado perfectamente a la demanda del bebé, es decir, sólo se produce leche cuando el niño mama, y exactamente en la proporción que necesita en ese momento.  
Por supuesto, es necesario seguir ofreciendo el pecho cada vez que el bebé lo demanda, muchas mujeres caen en el error de interpretar esta señal como un descenso de su producción de leche, e intentan compensarlo dando suplementos de leche artificial; de esa manera sí podemos disminuir la producción de leche.

Llegados a este punto, debemos alegrarnos de que nuestro cuerpo haya alcanzado este equilibrio. Son metas que vamos cruzando y nos ayudarán a que cada vez la lactancia sea más fácil y placentera.

jueves, 27 de noviembre de 2014

REUNIÓN DEL MES DE NOVIEMBRE DE AMAMAR

Desde AmAmAr queríamos recordaros nuestra próxima reunión, que tendrá lugar el próximo viernes 28 de noviembre, a partir de las 17:30 de la tarde en el Centro Cívico El Pilar (c/ San Antón s/n).
Estaremos encantadas de recibiros con vuestros familias para pasar una tarde animada y, por supuesto, resolver cualquier duda que tengáis. 
Os recordamos que podéis ser socias de AmAmAr y colaborar con nosotras con vuestra aportación. El viernes os informaremos con más detalle. 

Gracias de antemano, 

LAS GRIETAS

Una de las dificultades que a menudo se nos plantea en nuestra lactancia son las grietas. Pueden producir mucho dolor y llegar a comprometer seriamente la continuidad de la lactancia de muchas mujeres.

Las grietas son heridas, de mayor o menor grado, que aparecen en los pezones o areolas tras dar de mamar a nuestro hijo. Son muy dolorosas y en muchas ocasiones son causa de abandono de la lactancia.

Dar el pecho no debe doler nunca. El tener grietas o dolor, por el contrario de lo que se suele pensar, no es ni normal, ni debemos acostumbrarnos a ello. Si nos ocurre, debemos buscar la causa de su aparición y solucionar el problema. 

Las grietas pueden aparecer por varias razones, y una de las principales, es adoptar una postura inadecuada a la hora de dar el pecho. Durante una buena toma, el pezón llega hasta una gran profundidad de la boca del bebé, y este exprime la areola, que tiene metida entera en la boca. Cuando damos el pecho en mala posición es habitual que el niño agarre sólo el pezón y lo apriete con las encías, entre la lengua y el paladar duro, o tire de él. Ésto termina ocasionando la formación de grietas tras unas pocas tomas. 
Una mala postura se consigue cuando no nos colocamos bien al niño al pecho ( hay muchas posiciones que podemos adoptar, pero tanto nosotras como el bebé siempre debemos estar cómodos; su cabeza alineada con el cuerpo, su cuello ligeramente hacia atrás, bien pegado al pecho, su boca bien abierta y los labios evertidos ).
 También puede ocurrir cuando hemos introducido precozmente el chupete o biberón y el recién nacido tiene una confusión pezón-tetina: el chupete, al contrario que el pecho, se toma con la boca cerrada para que no se escape, el problema surge cuando el niño toma el pecho igual que el chupete.
A veces estas grietas pueden aparecer por la existencia de frenillo sublingual corto, micrognatia o retrognatia. Algunas de estas características anatómicas en ocasiones pueden solucionarse con el simple desarrollo del bebé, aún así podemos ayudarnos utilizando algunas posturas para dar el pecho o maniobras que nos ayuden a que el niño tenga un mejor agarre y poder evitar la aparición de grietas. 

Una vez que las grietas existen, si queremos que desaparezcan debemos solucionar primero la causa que las ha producido.
Generalmente, con ayuda podremos corregir defectos en la posición que tiene nuestro hijo al mamar; si el problema es el frenillo sublingual y no se puede o quiere reparar quirúrgicamente, hay diferentes posturas y técnicas para minimizar las molestias. 
Cuando hemos detectado la causa y le hemos puesto remedio, en poco tiempo la grieta se curará, ya que la boca del bebé dejará de hacer fricción y presión en la zona que estaba dañada. 

Mientras existe la grieta podemos cuidarla como cualquier otra herida. Debemos mantenerla limpia y seca, a poder ser al aire. Para esto son muy adecuadas las conchas aireadoras de lactancia, que van a ayudar a evitar roces y recogen la leche que en ocasiones escurre del pecho. 
Es interesante limitar el uso de discos de lactancia, ya que la piel se puede macerar al permanecer tapada y húmeda. 

Existen diversos remedios y cremas de lanolina para el cuidado de los pezones, pero no curan las grietas. Estas cremas sirven para hidratar y suavizar la piel irritada, tanto de los pezones como de otras zonas del cuerpo ( labios en invierno, nariz durante un catarro, nudillos de las manos, etc... ), pero en ningún caso sirven para curar. La lanolina es grasa de lana de oveja purificada. Su aplicación en una herida, además, dificulta su cicatrización, ya que forma una capa oclusiva. 
Otro remedio popular son las pezoneras de cera de abeja. Tampoco curan, y no es recomendable su uso porque pueden contener esporas de botulismo. 

Durante el embarazo, tampoco es necesario preparar la piel de los pezones para dar el pecho: ni masajearlos para hacerlos elásticos ni frotarlos para que la piel se endurezca. Los pechos vienen preparados para lactar, y siempre que no haya ningún problema, no tienen porque sufrir ningún daño por el simple hecho de amamantar.

Las grietas son un obstáculo que no tiene porqué ser insalvable. Antes de plantearse un abandono de la lactancia debemos guiarnos por los profesionales de salud formados en lactancia y grupos de apoyo que tenemos cerca; son los más indicados para ofrecernos las claves de la solución a este problema.


lunes, 24 de noviembre de 2014

EL FRENILLO CORTO O ANQUILOGLOSIA

El frenillo corto o anquiloglosia es uno de los principales obstáculos para llevar a cabo una lactancia eficaz y satisfactoria, tanto para la madre como para el bebé.

El frenillo consiste en una membrana que ancla la zona inferior de la lengua al suelo de la boca. Cuando el frenillo es corto y no permite que la lengua realice la totalidad de movimientos es cuando se denomina anquiloglosia. 

Hay 4 tipos de frenillos: Los tipos1 y 2 son frenillos evidentes, membranas que se ven a simple vista; se insertan de forma anterior en la parte más externa de la lengua. Los tipos 3 y 4 tienen inserción posterior y son submucosos, es decir, forman parte de la lengua (no son membranas independientes) y son difíciles de detectar, ya que no se ven a simple vista.

Es muy importante que la lengua tenga movilidad total para realizar un buen acoplamiento al pecho y que se produzca una transferencia de leche eficaz. Si esto no es posible, pueden producirse problemas en la lactancia tanto en la madre como en el recién nacido.
La lengua del bebé debe sobresalir por fuera de la encía inferior y abrazar la parte baja de la areola, y realiza un movimiento ondulante para vaciar la areola y el pezón en la boca. En un buen agarre, debe haber una buena porción de pecho en la boca del bebé, la boca debe estar bien abierta y los labios evertidos.
Cuando existe anquiloglosia, los bebés normalmente no pueden protuir la lengua ni hacer el movimiento ondulante para vaciar el pezón, y el pecho se les escapa de la boca. Para evitarlo suelen mamar con la boca más cerrada, apretando con las encías y labios; por esta razón suelen mamar sólo tomando el pezón.

En la madre, esta forma de mamar puede producir dolor, grietas o síndrome de Raynaud. Esto a su vez puede llevar a la aparición de mastitis agudas y subclínicas, perlas de leche u obstrucciones, hipogalactia por no obtener la suficiente estimulación, o incluso hipergalactia como mecanismo compensatorio. Aparte, puede resultar agotador tanto física como emocionalmente para la madre, ya que puede sentir mermada su capacidad para alimentar a su bebé de forma satisfactoria para los dos.

En el bebé se producen tomas muy largas y frecuentes, aunque escasamente productivas. El bebé engorda poco y lentamente, y llora con frecuencia. Estos bebés suelen tener gases y dolor, porque no hacen un sellado perfecto con la boca en el pecho, y tragan aire. Como la estimulación es anómala, las madres pueden tener varios reflejos de eyección durante la toma, los bebés toman mucha leche del inicio de la toma que es más rica en lactosa; pueden hacer cacas explosivas y verdosas. 

No todos los bebés que tienen anquiloglosia maman mal, y producen daños en el pecho de la madre. Si existe frenillo y no hay ningún tipo de problema no hace falta intervenir.

Si por el contrario existe algún obstáculo, podemos intentar ayudarnos a que las tomas sean más eficaces y menos dolorosas con ciertos trucos: dar el pecho en la postura de caballito o el agarre espontáneo podrían ser útiles. También podemos hacer compresión del pecho para optimizar la toma. Igualmente, siempre debemos intentar que el agarre y posición sean correctos, y corregirlos cuantas veces haga falta. 

La corrección del frenillo tipo 1 y 2 se denomina frenotomía, y se puede hacer en consulta, de forma ambulatoria y sin ningún tipo de anestesia, ya que este tipo de frenillos están poco inervados y vascularizados. Sin embargo, los frenillos 3 y 4 requieren una reparación quirúrgica llamada frenectomía, y se realizan en quirófano bajo anestesia general. 
Lo más indicado en cuanto los frenillos cortos se intervienen es colocar al niño al pecho lo antes posible. Casi todas las madres notarán una mejoría inmediata que las animará sin ninguna duda a continuar con su lactancia con energías renovadas.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

EXTRACCIÓN Y CONSERVACIÓN DE LECHE

Extracción de leche materna

En ocasiones es necesario que las madres se extraigan leche para dársela a su bebé si van a estar ausentes, por ejemplo, en la reincorporación al trabajo. 
Es necesario sacarse la leche tanto para vaciar el pecho en las horas en las que no estamos juntó al bebé, como para no disminuir la extracción y que la producción de leche siga siendo la suficiente. 

Es bastante normal no obtener mucha cantidad de leche las primeras extracciones. La cantidad de leche que obtenemos nunca es sinónimo de la cantidad que producimos. El bebé tiene más facilidad para sacar la leche que necesita del pecho; al fin y al cabo la lactancia es un mecanismo perfeccionado durante miles de años.Como cualquier técnica, practicando es como obtendremos mejores resultados.

Podemos utilizar la extracción manual o un sacaleche. 

La extracción manual es una técnica que puede resultar muy efectiva. Antes de empezar debemos lavarnos bien las manos, y a continuación estimularemos el pezón masajeándolo suavemente. Colocaremos el dedo pulgar encima del pezón, y los dedos índice y corazón debajo, en forma de C. Seguidamente empujamos el pecho con la mano hacia atrás, hacia la pared torácica. Después, volvemos a llevar la mano hacia delante mientras apretamos los dedos con suavidad. Es necesario hacer esta serie de movimientos de forma rítmica para obtener leche. 

Si decidimos utilizar un sacaleche, podemos optar por uno manual o eléctrico. 
Los sacaleches funcionan creando un vacío y succionando la leche contenida en el pecho. 
El uso de los manuales es más engorroso, incluso la succión puede ser dolorosa. Sin embargo, los sacaleches eléctricos actuales suelen ser bastante fáciles de usar y la succión normalmente no es molesta. 

En cualquier caso, la extracción de leche no es tan productiva como una toma del bebé, por eso podemos utilizar trucos para optimizarla
- Extraerse leche en las tomas nocturnas cuando los índices de prolactina están más altos puede ayudarnos a obtener más cantidad de leche.
- Extraernos de un pecho mientras el bebé mama del otro, para así aprovechar el reflejo de eyección. 
- Mirar una foto de nuestro bebé, u oler su ropita puede ayudarnos a acelerar el proceso. 

En cualquier caso, no es conveniente intentar sacarse leche durante un intervalo de 20 minutos a media hora; el pezón sufre y no vamos a conseguir más cantidad por estar más rato. Es mejor intentarlo más veces durante poco tiempo. 

Conservación y manejo de la leche materna

Una vez que tenemos la leche extraída podemos conservarla fresca para consumir en el día o días posteriores o congelarla. 
Si decidimos conservarla fresca, la Liga de la leche nos recomienda unas pautas para su consumo y conservación: 
- Calostro: 
A temperatura ambiente 27 - 32 grados, de 12 a 24 horas.
- Leche madura: 
    ~A 15 ºC: 24 horas
    ~A 19 - 22 ºC: 10 horas
    ~A 25 ºC: de 4 a 8 horas
    ~Refrigerada entre 0 y 4 ºC (en nevera): de 5 a 8 días

Las recomendaciones de conservación de la Liga de la leche en el caso de leche congelada son las siguientes 
     ~ En un congelador dentro de la misma nevera: 2 semanas.   
     ~ En un congelador que es parte de la nevera pero con puerta separada (tipo combi): 3 -4 meses. (La temperatura varía según lo frecuentemente que se abra la puerta)
     ~ En un congelador separado, tipo comercial con temperatura constante de -19 grados C : 6 meses o más.

La leche puede conservarse en recipientes de plástico de uso alimentario o en las bolsas específicas para conservación de leche materna. 
La leche de varias extracciones puede mezclarse una vez que esté a la misma temperatura. Podemos meterla en la nevera en el envase en el que la extraemos y una vez fría la leche de varias extracciones pasamos el contenido de todos los envases pequeños a uno más grande.
Cuando le demos la leche a nuestro bebé es conveniente no calentar mucha cantidad; una vez que la leche entra en contacto con la saliva del niño, si decide no tomarla toda tendremos que desecharla. 
Por esa razón, si vamos a congelarla, es recomendable separar la leche en pequeñas cantidades (50-60 ml). Si la tenemos fresca seguiremos la misma pauta, separar una pequeña porción para calentarla.
A veces, después de congelar la leche, sabe mal y los bebés no quieren tomarla; esto pasa porque la lipasa de la leche se degrada durante el proceso de congelación. Si queremos evitar esto, podemos escaldarla antes de congelarla. 


domingo, 9 de noviembre de 2014

LACTANCIA Y CESÁREA

La lactancia se inicia bien después de un parto, pero, ¿qué pasa cuando nos sometemos a una cesárea? 
Es una creencia popular que tras una cesárea no hay subida de leche, y muchas mujeres ni siquiera llegan a intentar comenzar la lactancia materna porque creen que no podrán conseguirlo. 
Esta creencia es uno de los mitos que circulan sobre la lactancia materna, y es totalmente falso. 

El inicio de la lactancia viene dado por el desprendimiento de la placenta. Tras el alumbramiento, desciende los niveles de prolactina, estrogenos y lactógeno placentario humano, y ésto es la señal para que empiece la secreción de prolactina. Esta hormona induce la formación de leche en las glándulas mamarias, y la hormona oxitocina es la encargada de la eyección de la leche por los conductos galactóforos. 

Ésto ocurre en todos los casos, no tiene nada que ver que el parto sea natural o mediante cesárea, puesto que el cuerpo humano a nivel hormonal no sabe si ha sido sometido a una intervención quirúrgica o no; tras el parto, siempre se libera la placenta, por tanto siempre se produce el aumento de los niveles de prolactina y la subida de la leche. 

Las primeras horas tras el parto son cruciales para un establecimiento de la lactancia eficaz, y en el caso de una cesárea, lo que suele influir no es quenuestro propio cuerpo no funcione bien, sino una serie de rutinas que no favorecen este inicio.
Cuando se produce una cesárea, normalmente le siguen una serie de protocolos hospitalarios asociados a esta intervención quirúrgica, que conllevan la separación de la madre del bebé. 

Lo que verdaderamente afecta al establecimiento de la lactancia y la formación de la leche es esta separación: el niño está preparado para mamar nada más nacer, su estado de alerta lo favorece, y la estimulación del pecho por parte del bebé es el mecanismo que aumenta la producción de leche. 
Cuando la madre queda aislada sin su bebé cerca no recibe este estímulo. Por su parte, el bebé suele recibir biberones de leche artificial, para nutrirlo sus primeras horas y evitar posibles hipoglucemias.
Cuando vuelven a estar juntos, el recién nacido en muchas ocasiones no tiene hambre porque ya ha comido, puede confundirle el mamar de un pecho habiéndole dado antes un biberón, ha perdido sus primeras horas de alerta y ha entrado en un adormecimiento en el cual es más difícil establecer la lactancia.
Por su parte, la madre está cansada y dolorida tras la cesárea, y la herida quirúrgica le puede producir molestias a la hora de ponerse a su hijo al pecho. Ésto unido a una posible falta de motivación y ayuda por parte de su entorno puede hacer que desista de su deseo de dar el pecho. 

Aún así, hay muchas madres que dan a luz mediante cesárea y tienen lactancias exitosas. La información, la predisposición y el apoyo y ayuda por parte de familia y sanitarios es parte de este éxito. 

No obstante, debemos exigir que no nos separen de nuestro bebé. Si esto no es posible, en nuestra ausencia deberían evitar el uso de biberones y utilizar jeringa para dar leche, en el caso de que sea necesario, y evitar así la confusión que pueda surgir en el bebé por alimentarlo con tetinas y pecho después. Nos deberían proporcionar, a la vez, un saca leche y enseñarnos a utilizarlo para estimular la producción de leche y evitar una posible mastitis por no extraer la leche que se va formando en el pecho en el caso de que la separación sea prolongada. 
Una vez juntos es muy importante el contacto piel con piel, y que el pecho esté siempre disponible para nuestro hijo. La lactancia a demanda total, evitar el uso de chupete y vigilar que tanto la posición como el agarre al pecho son correctos, son claves en este proceso.

El haber dado a luz mediante cesárea no tiene porque ser un impedimento para la lactancia. Abordarlo con información y ganas de lactar es importante, y por supuesto, contar con profesionales y grupos de apoyo pueden ayudarte a tener una lactancia exitosa y feliz. 

martes, 4 de noviembre de 2014

HAZTE SOCI@ DE AmAmAr!!

Hola a todos!

Como ya os anunciamos en la reunión del pasado viernes 31, AmAmAr se ha constituido como asociación. Nos gustaría que además de seguirnos y acompañarnos en las reuniones, os hicierais soci@s. 
Os dejamos un formulario de inscripción; no olvidéis dejarnos vuestra dirección de e-Mail para que podamos avisaros de futuras reuniones y talleres.

Gracias por acompañarnos! 

LOS PERCENTILES INFANTILES

Los padres queremos que nuestros hijos se alimenten bien para que crezcan sanos, por eso los percentiles infantiles nos parecen tan importantes. En cada visita al pediatra, después de medir y pesar a nuestro hijo esperamos ansiosos que nos diga en que percentil está, deseando que se haya mantenido, e incluso que haya aumentado; es un orgullo para muchos padres el que sus hijos estén en los percentiles más altos, como sinónimo de niño bien alimentado. 

Los percentiles son una medida estadística que nos dice cómo está posicionado un valor con respecto al total de una muestra.

Es decir, de una muestra total de 100 valores, un percentil 30 indica que hay 70 valores por encima, y 29 valores por debajo. 
Éstas gráficas sirven para cribar posibles patologías, por ejemplo, valores que están muy por debajo o muy por encima de los límites marcados por los percentiles, podrían indicar que el niño que los posee podría tener un problema. Sin embargo, estar por debajo o por encima de los percentiles no indica por sí mismo una patología. 

Para elaborar este tipo de estadística se toman muestras de 100 niños sanos (nacidos a término, no prematuros y sin ninguna patología de base), y se toman 3 valores: peso, talla y perímetro cefálico. Cada uno de los 100 niños con un valor diferente, de menor a mayor. 
Por tanto, si nuestro hijo está en percentil de peso 40, indica que hay 60 niños con un peso mayor y 39 con un peso menor.
Es decir, únicamente indica en que posición está nuestro hijo con respecto a otros 100 niños sanos, en ningún caso indica que deba engordar o adelgazar. Normalmente pensamos que los percentiles bajos son indicativos de peor salud que los altos, incluso pensamos que los niños deben tender a estar sobre el percentil 50, en el medio más o menos...pero no es así. Los percentiles siempre por definición deben tener valores de todo tipo, si todos los niños estuvieran por encima del percentil 50 habría una epidemia de obesidad preocupante. 

En España las gráficas de percentiles de referencia son las elaboradas por el Instituto de Investigación sobre Crecimiento y Desarrollo de la Fundación Faustino Orbegozo. Este centro ha tomado muestras de 100 niños sanos alimentados con lactancia mixta (materna y artificial), que es la norma en la alimentación infantil en España. Los bebés alimentados con biberón suelen tener una ganancia de peso superior a la de un niño alimentado únicamente con lactancia materna. En estos casos, los niños con lactancia materna exclusiva suelen estar en percentiles más bajos, esto nos puede llevar a creer que los los bebés están bajos de peso, incluso que pueden tener un problema de salud. 

La OMS ha elaborado por otra parte unas gráficas tomando como referencia una muestra de 100 niños sanos de diferentes pesos, tallas y medidas de perímetro cefálico, pero alimentados con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses. Aquí se encuentran importantes diferencias, y el niño que está en un percentil bajo en las gráficas españolas está en un percentil mayor en las gráficas de la OMS. Los bebés alimentados con leche materna exclusivamente deberían valorarse con este percentil ya que la muestra se ajusta más a estos niños. 

También solemos pensar que los niños deben seguir siempre "un caminito" y estar en el mismo percentil, pero esto es otro error. Los niños sufren variaciones de peso y medida a lo largo de su desarrollo, y en realidad, sólo un 15% de los bebés siguen la misma curva de crecimiento. 

Los percentiles sirven para valorar el peso y talla de nuestro hijo dentro de todo el conjunto de niños españoles, pero mal utilizada puede ser un motivo de preocupación, en muchos casos, innecesaria. 


domingo, 26 de octubre de 2014

LOS BROTES DE CRECIMIENTO

Los brotes de crecimiento son una de las consultas más frecuentes que nos hacen las madres en nuestro grupo, también una de las causas principales de destete precoz.
Aunque cada niño es diferente, todas las díadas madres-bebe han sufrido en mayor medida esta crisis. Pueden suponer una causa de estrés físico y emocional en la madre, que las puede tomar como un rechazo por parte del bebé hacia ellas y una baja producción de leche, cuando nada de esto es real.

Una crisis de crecimiento es lo que llamamos a una serie de mecanismos por parte del bebé para regular la producción de leche a sus necesidades.

A medida que el bebé va creciendo sus requerimientos calóricos y su forma de mamar van cambiando, por esto la cantidad y composición de la leche que produce su madre también tiene que cambiar. Nuestro cuerpo reproduce estos cambios basándose en los mensajes que manda el bebé mediante su forma de mamar. No todos los bebés sufren las mismas crisis de la misma manera y al mismo tiempo, aunque hay características similares que podemos identificar.

Vamos a ver cuales son las principales crisis que se pueden dar en el primer año de vida del bebé:

Crisis de los 15 días: 
En este momento el bebé, que antes era tranquilo y dormía, pasa cada vez más rato al pecho. Las tomas son muy frecuentes y no permiten a la madre alejarse del bebé ni un momento. En este momento la madre produce la mayor cantidad de leche de toda su lactancia aproximadamente un litro o un litro y medio al día. 
La situación se resuelve con un aumento de la producción de leche en una semana aproximadamente. sólo cabe tener paciencia y responder a las demandas del bebé.

Crisis de las 6/7 semanas: 
Esta vez la leche cambia su composición, se vuelve más salada. Al notar el cambio de sabor, los niños se tensan y dan tirones al pecho, lloran y vuelven a empezar. 
En este caso la normalidad puede volver de nuevo en una semana. También debemos ser pacientes y no tomarnos estos momentos en los que el bebé "se pelea con el pecho" como un rechazo.

Crisis de los 3 meses: 
Es la más famosa de las crisis, en la que más cantidad de destetes se producen. Se juntan varios acontecimientos que pueden aumentar la preocupación y el mal estar del bebé y, sobre todo, de la madre. 
El bebé mama cada vez más deprisa, porque domina más la técnica de succión, por tanto tarda mucho menos en hacer las tomas. 
Más o menos es en este momento en el cual la producción de leche en la madre se regula, entonces la leche pasa a formarse e únicamente cuando el bebé mama. La consecuencia es que la madre deja de terner el pecho duro e ingurgitado, y ya no se le llena como antes, lo que refuerza la sensación de "falta de leche". Nada más lejos de la realidad. Ese es el momento en el cual los pechos funcionan a pleno rendimiento, dejan de producir leche a todas para hacerlo sólo cuando lo demanda el recién nacido. 
Esto hace que el niño tenga que estimular el pezón para que se forme leche (ya no es como antes, que siempre había), y esto pude llegar a enfadarle un poco, por eso se queja y suelta y coge el pezón una y otra vez.  
También en este momento comienza a frenarse el aumento de peso del bebé; es algo fisiológico, nunca los bebés llevan el mismo ritmo de aumento de peso que en sus primeras semanas de vida. Este ritmo va desacelerándose a medida que va creciendo. 
Aparte de esto, también suele coincidir un cambio en las deposiciones del bebé. En sus primeras semanas, los bebés tienen el reflejo gastrocólico, que les hace tener necesidad de defecar cada vez que comen, por eso hacen tantas cacas. Este reflejo se va perdiendo, y pasan a hacer una, ninguna o incluso pueden estar varios días sin hacer deposiciones. a esto le ayuda el hecho de que la leche materna produce pocos residuos, se asimila casi en su totalidad. 
El bebé cada vez va teniendo más respuesta a estímulos, cada vez su mundo es mas amplio y le llaman la atención más cosas a parte de la cara de sus mamá. A partir de este momento puede que esté más despistado y sea más difícil que se mantenga relajado mientras mama. También notamos que suele mamar mejor dormido o en tomas nocturnas.
Todo esto hace que esta crisis sea la más difícil de superar; la madre interpreta todos estos cambios como una señal inequívoca de que ha bajado su producción de leche y muchas comienzan a dar suplemento de leche artificial en biberón al bebé, comenzando de esta manera un destete prematuro. Este momento tan duro debemos tener confianza en nuestra capacidad de alimentar a nuestro hijo, y estar atentas para ofrecer al bebé el pecho en cada momento que lo necesite. Los dos deben adaptarse a la nueva situación y a los cambios que se han producido y para ello se necesita comprensión, apoyo y mucha tranquilidad, porque tendremos que pasar mucho tiempo amamantando a nuestro bebé. Esta crisis puede tardar en resolverse un mes, pero una vez superada, la lactancia se vuelve más fácil ya que nuestro bebé va a tardar menos tiempo en hacer sus tomas.

Crisis de los 6 meses: 
Esta crisis no la sufren todos los bebés. En este momento, algunos bebés pueden tener más interés en descubrir la alimentación complementaria, y esto puede ser un problema si la madre lo interpreta como un rechazo hacia el pecho. Aunque empecemos a ofrecerle otros alimentos, el bebé debe seguir teniendo como alimento principal la leche materna, por tanto no debemos relajarnos y seguir ofreciendo siempre el pecho antes de dar cualquier comida. 

Crisis de los 8 meses: 
Igual que la anterior, no todos los bebés sufren esta crisis. Los bebés pueden tener dos comportamientos: una demanda excesiva de pecho por sufrir angustia por separación, o bien dejar de demandar el pecho por empezar a tener más conciencia de sus entorno y querer explorarlo.

Después de ver las características de las crisis, debemos saber que hay unos factores comunes para enfrentarse a ellas: tener paciencia para poder sobrellevarlas, ya que los bebés suelen estar más irritables y demandantes; tener confianza en nosotras, en nuestra capacidad de alimentar a nuestros hijos; y tener la seguridad de que somos lo más importante para ellos y lo que podemos ver como un rechazo hacia nosotras es una situación normal que podemos resolver. 

Sin duda con el conocimiento de estas crisis podremos afrontarlas y superarlas con éxito

viernes, 24 de octubre de 2014

UN NUEVO COMIENZO

¡Hola a todas! 

Desde AmAmAr os queremos recordar nuestra próxima reunión, que se celebrará el viernes 31 de octubre a las 17:30, en el Centro Cívico "El Pilar" (c/ San Antón s/n), donde se han venido celebrando nuestras reuniones hasta ahora. 
Como muchas sabéis, nuestro GALM ha cambiado de directiva en los últimos tiempos. Estamos trabajando para poder mejorar como asociación y tener mucha más fuerza, para ofreceros una información, ayuda y recursos totalmente actualizados. 

Tocaremos varios temas:
Somos un grupo muy activo, y nos gustaría conocer los intereses de todas para poder preparar temas para posteriores sesiones.
También queremos acordar la mejor manera para comunicarnos entre nosotras, ya que somos muchas mamás con dudas, inquietudes e intereses comunes. Todas necesitamos un espacio en el que ser escuchadas y dar nuestra opinión y apoyo. 
Nuestro GALM va creciendo y cada vez tenemos más presencia en redes sociales e internet, y nos gustaría daros a conocer estos medios y cómo poder usarlos y aprender con ellos.
Esta asociación cumple un cometido muy importante en la promoción de la lactancia materna, dando información y apoyo a madres y familias, contribuyendo a una mejora de la salud pública. 
Estamos seguras de que muchas queréis colaborar con AmAmAr para qué podamos continuar con esta labor, y os diremos cómo podéis hacerlo.
Por supuesto, todas las mamás y papás con dudas sobre la lactancia de sus bebés podrán hacer sus consultas en la reunión, éste es el fin principal de nuestros encuentros. 

Estaréis bienvenidas, con vuestros bebés y familias; todos debemos aprender para poder dar un apoyo adecuado a la mamá.
Nos sentimos privilegiadas de poder contar con un grupo de madres tan activo y entregado, y esperamos veros a todas en la reunión, al fin y al cabo AmAmAr se nutre de vosotras.

¡Nos vemos el viernes!


  

miércoles, 22 de octubre de 2014

¿TENDRÉ SUFICIENTE LECHE?

La cantidad de leche que toma nuestro bebé siempre es motivo de preocupación para las madres.  Queremos que coma, que crezca sano, y el no saber la cantidad de leche que toma de cada vez estresa a muchas mamás. 

Pues bien, como dice Inma Marcos (matrona e IBCLC), todas las madres pueden producir leche suficiente para su bebé si se cumplen 3 premisas, siempre salvo situaciones especiales o ciertas patologías que pueden producir hipogalactia, claro está. 

Dar lactancia a demanda: la lactancia debe ser a demanda real, tanto del bebé como de la madre. Los recién nacidos pueden pasar horas en el pecho; el instinto de succión es muy fuerte en ellos, y lo hacen tanto para obtener alimento como para relajarse. Por tanto, cada vez que el bebé mama es importante, está estimulando el pezón para que se forme leche.

No introducir nada más en la boca que el pecho: es recomendable no ofrecer al bebé chupetes ni tetinas hasta que la lactancia esté establecida por varias razones; puede inducir confusión en el niño ya que se succiona de forma diferente un chupete y un pezón. Además, toda succión que no se haga en el pecho es falta de estimulación para formar leche. 
Lo mismo ocurre por complementar las tomas con leche artificial; en este caso lo que ocurre es que el bebé se sacia de esta leche, cuya digestión es más lenta y pesada que la de la leche materna. Estará más tiempo sin tener hambre y, por tanto, sin tomar el pecho. Esta situación puede llevarnos a un destete temprano, porque cuantas más horas esté el niño sin mamar, menos leche se formará, y más suplemento tendremos que dar, hasta que deje el pecho definitivamente. 

Dar el pecho en buena posición y con un buen agarre: durante la lactancia nunca deben doler ni el pecho ni los pezones. Si ocurre esto nos puede indicar que estamos amamantando en una mala posición o no está enganchando bien el pezón. Para conseguir un correcto "agarre asimétrico" debe haber una gran porción de areola y el pezón entero dentro de la boca del bebé, que debe quedar bien abierta y con los labios evertidos. Se debe ver un poco de areola por la parte superior de la boca y menos por la parte inferior. 
Su cuerpo debe estar pegado al nuestro, "barriga con barriga", con la espalda alineada y el cuello ligeramente hacia atrás (la misma postura que adoptaríamos al beber de una botella).
Sabremos que el bebé tiene una buena postura porque ni nos duele durante la toma ni el bebé hace un ruido de tipo chasquido, que si haría si no hubiera hecho un buen sellado de la boca al pecho. Sus mejillas estarán redondas y le oiremos y veremos tragar. 
Si la postura y agarre no son correctos, se puede traducir en una transferencia de leche ineficaz. 
Lo más normal es que esta situación produzca una baja producción de leche: el bebé hace tomas muy largas, se cansa y se enfada por la poca cantidad de leche que sale. Necesita mucho rato para obtener la leche que necesita. 
También tenemos el caso contrario, puede ocurrir que se produzca un mecanismo compensatorio y el organismo produzca un gran pico de oxitocina, lo que genera un gran reflejo de eyección, el bebé se incomoda por el gran chorro de leche que no puede controlar, se aparta o se atraganta. 
En ambas situaciones la producción estaría alterada y habría que corregirlo. 

Es muy importante saber que si éstas premisas se cumplen y no hay ningún otro problema, tendremos la capacidad de alimentar a nuestro hijo con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, y acompañada de alimentación complementaria hasta el año. De ahí en adelante somos libres de mantenerla como complemento a una dieta sana hasta los dos años como recomienda la OMS, o durante más tiempo, hasta que el hijo y la madre deseen.

martes, 21 de octubre de 2014

LA LACTANCIA A DEMANDA

Todos sabemos que la lactancia se da a demanda, pero hasta que no tenemos a nuestro bebé no nos damos cuenta de hasta donde alcanza esta demanda.
Son conocidas por todos las recomendaciones que se daban hace años sobre la lactancia: cada 3 horas, 10 minutos en cada pecho...
Estas son las indicaciones que se han estado dando durante décadas por parte de profesionales. Han quedado grabadas en la memoria de madres y abuelas, y también han ido pasando de generación en generación de sanitarios, que en muchos casos las tienen por actuales.
Tan normal parece que la teta se de cada 3 horas que muchas madres se encuentran con insinuaciones como: "¿Otra vez en el pecho? Eso es porque se queda con hambre", "Tendrás poca leche" o "Te usa de chupete".
Pues bien, estas recomendaciones no sólo están obsoletas sino que pueden llegar a comprometer la lactancia.

La succión en los bebés es un mecanismo muy importante, lo vienen "ensayando" ya desde el vientre materno y les sirve nada menos que para obtener su alimento. Tan fuerte es este instinto que los recién nacidos lo hacen a todas horas, incluso dormidos. Aparte de asegurarles su comida la succión les  sirve para obtener relajación, incluso para dormir. 

En la madre, la estimulación del pezón libera prolactina, la cual produce la formación de leche en la glándula mamaria. Cuanto más pongamos al bebé al pecho más producción habrá, por tanto cada succión del pezón que el bebé hace es productiva porque sirve para estimular la creación de leche. 

Por esta razón es recomendable no usar chupetes antes de las 8 o 10 semanas de vida del bebé; éste quiere estar mamando a todas horas, y si colocamos un chupete estamos perdiendo este estímulo tan importante en el pecho. No hay que olvidar que de la mama siempre sale leche, así que, aunque creamos que no está mamando de forma eficaz, la toma siempre será mínimamente productiva. 
Aparte, el pecho se toma con la boca bien abierta, y el chupete con la boca cerrada para que no se escape. Estas dos formas tan diferentes de succión pueden confundir al recién nacido, lo cual se traduciría en una mala posición al tomar el pecho, la aparición de dolor o grietas y posiblemente, terminar en una transferencia de leche ineficaz.

La naturaleza es tan sabia que ha hecho de la lactancia algo relajante y gustoso para el bebé, pero también lo es para la madre. Durante cada toma se alcanzan picos altos de prolactina y oxitocina, y sólo tenemos que dejarnos llevar para notar lo placentero que es en realidad dar el pecho. 

A medida que el bebé vaya creciendo cada vez dominará más la succión y las tomas se harán más eficaces. La producción del pecho se regulara y dejaremos de notarlo hinchado e ingurgitado de forma continua. 
Eso si, el niño no perderá su instinto y pasión por succionar, es algo que necesita y en muchas ocasiones no lo hará por hambre, sino para relajarse, dormirse o dejarse querer por su mamá. 

Así, cuando alguien nos diga que el bebé nos usa de chupete, ya sabemos que tenemos que contestarle que el pezón es el mejor y más antiguo chupete que existe.

jueves, 16 de octubre de 2014

REUNIONES 2014

Saludos a todos, 

Desde el GALM AmAmAr queremos informados de que las reuniones de los meses Octubre, Noviembre y Diciembre pasarán a ser los últimos viernes de cada mes, a partir de las 17:30 horas.

Las reuniones se seguirán realizando en el Centro Cívico "El Pilar" (C/ San Antón, s/n).

El calendario sería el siguiente: 

Octubre: día 31
Noviembre: día 28
Diciembre: día 26 (por confirmar)

Gracias!

EL PARTO Y EL INICIO DE LA LACTANCIA

El parto es un momento único en la vida; es el momento en el que nos encontramos con nuestro hijo por primera vez.

Durante todo el embarazo nos preparamos para este acontecimiento, intentado conocer cada fase del parto y cómo actuar cuando se desencadene. Pero, ¿sabemos realmente la relación que guarda el parto con la lactancia? ¿Sabemos lo importante que es un parto respetado y natural para el establecimiento de la lactancia?

Durante el embarazo, las mujeres tienen un olfato muy desarrollado, ésto ocurre para que las madres puedan reconocer a sus bebés cuando nacen, y puedan interiorizar su olor. 
En la madre, tras el parto se alcanzan los mayores niveles de catecolaminas, endorfinas y oxitocina; según Michel Odent, éste "cóctel del amor" hace que la mujer tenga ese sentimiento de enamoramiento que la embarga cuando ve y huele a su bebé por primera vez.
Otro de los mecanismos para el inicio de la lactancia es la liberación de prolactina, que se pone en marcha tras el desprendimiento de la placenta, y estimula la producción de leche. Así mismo, la oxitocina juega un papel muy importante, facilita la contracción del útero y la excreción de leche desde las glándulas mamarias, y se estimula por la succión del pezón por parte del recién nacido. 

Por otra parte, las catecolaminas liberadas durante el parto, van a ayudar al bebé a encontrar el pecho mediante el olfato; a esto se le suma que la adrenalina que recibe por el cordón umbilical, que está segregando su madre en la fase de expulsivo, le va a mantener en un estado de alerta sus dos primeras horas de vida, lo cual va a facilitar que se prenda al pecho y se establezca el primer contacto visual. 

Como hemos visto, el parto fisiológico está preparado para favorecer este primer encuentro entre madre e hijo. Si a este parto natural le sigue un contacto piel con piel inmediato, ya tendremos todos los ingredientes para tener una lactancia exitosa, porque las mujeres que inician la lactancia en las dos horas posteriores al parto tienen más posibilidades de continuarla en el futuro. 

¿Cómo fue tu parto? ¿Crees que influyó en el inicio de tu lactancia?