jueves, 27 de noviembre de 2014

REUNIÓN DEL MES DE NOVIEMBRE DE AMAMAR

Desde AmAmAr queríamos recordaros nuestra próxima reunión, que tendrá lugar el próximo viernes 28 de noviembre, a partir de las 17:30 de la tarde en el Centro Cívico El Pilar (c/ San Antón s/n).
Estaremos encantadas de recibiros con vuestros familias para pasar una tarde animada y, por supuesto, resolver cualquier duda que tengáis. 
Os recordamos que podéis ser socias de AmAmAr y colaborar con nosotras con vuestra aportación. El viernes os informaremos con más detalle. 

Gracias de antemano, 

LAS GRIETAS

Una de las dificultades que a menudo se nos plantea en nuestra lactancia son las grietas. Pueden producir mucho dolor y llegar a comprometer seriamente la continuidad de la lactancia de muchas mujeres.

Las grietas son heridas, de mayor o menor grado, que aparecen en los pezones o areolas tras dar de mamar a nuestro hijo. Son muy dolorosas y en muchas ocasiones son causa de abandono de la lactancia.

Dar el pecho no debe doler nunca. El tener grietas o dolor, por el contrario de lo que se suele pensar, no es ni normal, ni debemos acostumbrarnos a ello. Si nos ocurre, debemos buscar la causa de su aparición y solucionar el problema. 

Las grietas pueden aparecer por varias razones, y una de las principales, es adoptar una postura inadecuada a la hora de dar el pecho. Durante una buena toma, el pezón llega hasta una gran profundidad de la boca del bebé, y este exprime la areola, que tiene metida entera en la boca. Cuando damos el pecho en mala posición es habitual que el niño agarre sólo el pezón y lo apriete con las encías, entre la lengua y el paladar duro, o tire de él. Ésto termina ocasionando la formación de grietas tras unas pocas tomas. 
Una mala postura se consigue cuando no nos colocamos bien al niño al pecho ( hay muchas posiciones que podemos adoptar, pero tanto nosotras como el bebé siempre debemos estar cómodos; su cabeza alineada con el cuerpo, su cuello ligeramente hacia atrás, bien pegado al pecho, su boca bien abierta y los labios evertidos ).
 También puede ocurrir cuando hemos introducido precozmente el chupete o biberón y el recién nacido tiene una confusión pezón-tetina: el chupete, al contrario que el pecho, se toma con la boca cerrada para que no se escape, el problema surge cuando el niño toma el pecho igual que el chupete.
A veces estas grietas pueden aparecer por la existencia de frenillo sublingual corto, micrognatia o retrognatia. Algunas de estas características anatómicas en ocasiones pueden solucionarse con el simple desarrollo del bebé, aún así podemos ayudarnos utilizando algunas posturas para dar el pecho o maniobras que nos ayuden a que el niño tenga un mejor agarre y poder evitar la aparición de grietas. 

Una vez que las grietas existen, si queremos que desaparezcan debemos solucionar primero la causa que las ha producido.
Generalmente, con ayuda podremos corregir defectos en la posición que tiene nuestro hijo al mamar; si el problema es el frenillo sublingual y no se puede o quiere reparar quirúrgicamente, hay diferentes posturas y técnicas para minimizar las molestias. 
Cuando hemos detectado la causa y le hemos puesto remedio, en poco tiempo la grieta se curará, ya que la boca del bebé dejará de hacer fricción y presión en la zona que estaba dañada. 

Mientras existe la grieta podemos cuidarla como cualquier otra herida. Debemos mantenerla limpia y seca, a poder ser al aire. Para esto son muy adecuadas las conchas aireadoras de lactancia, que van a ayudar a evitar roces y recogen la leche que en ocasiones escurre del pecho. 
Es interesante limitar el uso de discos de lactancia, ya que la piel se puede macerar al permanecer tapada y húmeda. 

Existen diversos remedios y cremas de lanolina para el cuidado de los pezones, pero no curan las grietas. Estas cremas sirven para hidratar y suavizar la piel irritada, tanto de los pezones como de otras zonas del cuerpo ( labios en invierno, nariz durante un catarro, nudillos de las manos, etc... ), pero en ningún caso sirven para curar. La lanolina es grasa de lana de oveja purificada. Su aplicación en una herida, además, dificulta su cicatrización, ya que forma una capa oclusiva. 
Otro remedio popular son las pezoneras de cera de abeja. Tampoco curan, y no es recomendable su uso porque pueden contener esporas de botulismo. 

Durante el embarazo, tampoco es necesario preparar la piel de los pezones para dar el pecho: ni masajearlos para hacerlos elásticos ni frotarlos para que la piel se endurezca. Los pechos vienen preparados para lactar, y siempre que no haya ningún problema, no tienen porque sufrir ningún daño por el simple hecho de amamantar.

Las grietas son un obstáculo que no tiene porqué ser insalvable. Antes de plantearse un abandono de la lactancia debemos guiarnos por los profesionales de salud formados en lactancia y grupos de apoyo que tenemos cerca; son los más indicados para ofrecernos las claves de la solución a este problema.


lunes, 24 de noviembre de 2014

EL FRENILLO CORTO O ANQUILOGLOSIA

El frenillo corto o anquiloglosia es uno de los principales obstáculos para llevar a cabo una lactancia eficaz y satisfactoria, tanto para la madre como para el bebé.

El frenillo consiste en una membrana que ancla la zona inferior de la lengua al suelo de la boca. Cuando el frenillo es corto y no permite que la lengua realice la totalidad de movimientos es cuando se denomina anquiloglosia. 

Hay 4 tipos de frenillos: Los tipos1 y 2 son frenillos evidentes, membranas que se ven a simple vista; se insertan de forma anterior en la parte más externa de la lengua. Los tipos 3 y 4 tienen inserción posterior y son submucosos, es decir, forman parte de la lengua (no son membranas independientes) y son difíciles de detectar, ya que no se ven a simple vista.

Es muy importante que la lengua tenga movilidad total para realizar un buen acoplamiento al pecho y que se produzca una transferencia de leche eficaz. Si esto no es posible, pueden producirse problemas en la lactancia tanto en la madre como en el recién nacido.
La lengua del bebé debe sobresalir por fuera de la encía inferior y abrazar la parte baja de la areola, y realiza un movimiento ondulante para vaciar la areola y el pezón en la boca. En un buen agarre, debe haber una buena porción de pecho en la boca del bebé, la boca debe estar bien abierta y los labios evertidos.
Cuando existe anquiloglosia, los bebés normalmente no pueden protuir la lengua ni hacer el movimiento ondulante para vaciar el pezón, y el pecho se les escapa de la boca. Para evitarlo suelen mamar con la boca más cerrada, apretando con las encías y labios; por esta razón suelen mamar sólo tomando el pezón.

En la madre, esta forma de mamar puede producir dolor, grietas o síndrome de Raynaud. Esto a su vez puede llevar a la aparición de mastitis agudas y subclínicas, perlas de leche u obstrucciones, hipogalactia por no obtener la suficiente estimulación, o incluso hipergalactia como mecanismo compensatorio. Aparte, puede resultar agotador tanto física como emocionalmente para la madre, ya que puede sentir mermada su capacidad para alimentar a su bebé de forma satisfactoria para los dos.

En el bebé se producen tomas muy largas y frecuentes, aunque escasamente productivas. El bebé engorda poco y lentamente, y llora con frecuencia. Estos bebés suelen tener gases y dolor, porque no hacen un sellado perfecto con la boca en el pecho, y tragan aire. Como la estimulación es anómala, las madres pueden tener varios reflejos de eyección durante la toma, los bebés toman mucha leche del inicio de la toma que es más rica en lactosa; pueden hacer cacas explosivas y verdosas. 

No todos los bebés que tienen anquiloglosia maman mal, y producen daños en el pecho de la madre. Si existe frenillo y no hay ningún tipo de problema no hace falta intervenir.

Si por el contrario existe algún obstáculo, podemos intentar ayudarnos a que las tomas sean más eficaces y menos dolorosas con ciertos trucos: dar el pecho en la postura de caballito o el agarre espontáneo podrían ser útiles. También podemos hacer compresión del pecho para optimizar la toma. Igualmente, siempre debemos intentar que el agarre y posición sean correctos, y corregirlos cuantas veces haga falta. 

La corrección del frenillo tipo 1 y 2 se denomina frenotomía, y se puede hacer en consulta, de forma ambulatoria y sin ningún tipo de anestesia, ya que este tipo de frenillos están poco inervados y vascularizados. Sin embargo, los frenillos 3 y 4 requieren una reparación quirúrgica llamada frenectomía, y se realizan en quirófano bajo anestesia general. 
Lo más indicado en cuanto los frenillos cortos se intervienen es colocar al niño al pecho lo antes posible. Casi todas las madres notarán una mejoría inmediata que las animará sin ninguna duda a continuar con su lactancia con energías renovadas.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

EXTRACCIÓN Y CONSERVACIÓN DE LECHE

Extracción de leche materna

En ocasiones es necesario que las madres se extraigan leche para dársela a su bebé si van a estar ausentes, por ejemplo, en la reincorporación al trabajo. 
Es necesario sacarse la leche tanto para vaciar el pecho en las horas en las que no estamos juntó al bebé, como para no disminuir la extracción y que la producción de leche siga siendo la suficiente. 

Es bastante normal no obtener mucha cantidad de leche las primeras extracciones. La cantidad de leche que obtenemos nunca es sinónimo de la cantidad que producimos. El bebé tiene más facilidad para sacar la leche que necesita del pecho; al fin y al cabo la lactancia es un mecanismo perfeccionado durante miles de años.Como cualquier técnica, practicando es como obtendremos mejores resultados.

Podemos utilizar la extracción manual o un sacaleche. 

La extracción manual es una técnica que puede resultar muy efectiva. Antes de empezar debemos lavarnos bien las manos, y a continuación estimularemos el pezón masajeándolo suavemente. Colocaremos el dedo pulgar encima del pezón, y los dedos índice y corazón debajo, en forma de C. Seguidamente empujamos el pecho con la mano hacia atrás, hacia la pared torácica. Después, volvemos a llevar la mano hacia delante mientras apretamos los dedos con suavidad. Es necesario hacer esta serie de movimientos de forma rítmica para obtener leche. 

Si decidimos utilizar un sacaleche, podemos optar por uno manual o eléctrico. 
Los sacaleches funcionan creando un vacío y succionando la leche contenida en el pecho. 
El uso de los manuales es más engorroso, incluso la succión puede ser dolorosa. Sin embargo, los sacaleches eléctricos actuales suelen ser bastante fáciles de usar y la succión normalmente no es molesta. 

En cualquier caso, la extracción de leche no es tan productiva como una toma del bebé, por eso podemos utilizar trucos para optimizarla
- Extraerse leche en las tomas nocturnas cuando los índices de prolactina están más altos puede ayudarnos a obtener más cantidad de leche.
- Extraernos de un pecho mientras el bebé mama del otro, para así aprovechar el reflejo de eyección. 
- Mirar una foto de nuestro bebé, u oler su ropita puede ayudarnos a acelerar el proceso. 

En cualquier caso, no es conveniente intentar sacarse leche durante un intervalo de 20 minutos a media hora; el pezón sufre y no vamos a conseguir más cantidad por estar más rato. Es mejor intentarlo más veces durante poco tiempo. 

Conservación y manejo de la leche materna

Una vez que tenemos la leche extraída podemos conservarla fresca para consumir en el día o días posteriores o congelarla. 
Si decidimos conservarla fresca, la Liga de la leche nos recomienda unas pautas para su consumo y conservación: 
- Calostro: 
A temperatura ambiente 27 - 32 grados, de 12 a 24 horas.
- Leche madura: 
    ~A 15 ºC: 24 horas
    ~A 19 - 22 ºC: 10 horas
    ~A 25 ºC: de 4 a 8 horas
    ~Refrigerada entre 0 y 4 ºC (en nevera): de 5 a 8 días

Las recomendaciones de conservación de la Liga de la leche en el caso de leche congelada son las siguientes 
     ~ En un congelador dentro de la misma nevera: 2 semanas.   
     ~ En un congelador que es parte de la nevera pero con puerta separada (tipo combi): 3 -4 meses. (La temperatura varía según lo frecuentemente que se abra la puerta)
     ~ En un congelador separado, tipo comercial con temperatura constante de -19 grados C : 6 meses o más.

La leche puede conservarse en recipientes de plástico de uso alimentario o en las bolsas específicas para conservación de leche materna. 
La leche de varias extracciones puede mezclarse una vez que esté a la misma temperatura. Podemos meterla en la nevera en el envase en el que la extraemos y una vez fría la leche de varias extracciones pasamos el contenido de todos los envases pequeños a uno más grande.
Cuando le demos la leche a nuestro bebé es conveniente no calentar mucha cantidad; una vez que la leche entra en contacto con la saliva del niño, si decide no tomarla toda tendremos que desecharla. 
Por esa razón, si vamos a congelarla, es recomendable separar la leche en pequeñas cantidades (50-60 ml). Si la tenemos fresca seguiremos la misma pauta, separar una pequeña porción para calentarla.
A veces, después de congelar la leche, sabe mal y los bebés no quieren tomarla; esto pasa porque la lipasa de la leche se degrada durante el proceso de congelación. Si queremos evitar esto, podemos escaldarla antes de congelarla. 


domingo, 9 de noviembre de 2014

LACTANCIA Y CESÁREA

La lactancia se inicia bien después de un parto, pero, ¿qué pasa cuando nos sometemos a una cesárea? 
Es una creencia popular que tras una cesárea no hay subida de leche, y muchas mujeres ni siquiera llegan a intentar comenzar la lactancia materna porque creen que no podrán conseguirlo. 
Esta creencia es uno de los mitos que circulan sobre la lactancia materna, y es totalmente falso. 

El inicio de la lactancia viene dado por el desprendimiento de la placenta. Tras el alumbramiento, desciende los niveles de prolactina, estrogenos y lactógeno placentario humano, y ésto es la señal para que empiece la secreción de prolactina. Esta hormona induce la formación de leche en las glándulas mamarias, y la hormona oxitocina es la encargada de la eyección de la leche por los conductos galactóforos. 

Ésto ocurre en todos los casos, no tiene nada que ver que el parto sea natural o mediante cesárea, puesto que el cuerpo humano a nivel hormonal no sabe si ha sido sometido a una intervención quirúrgica o no; tras el parto, siempre se libera la placenta, por tanto siempre se produce el aumento de los niveles de prolactina y la subida de la leche. 

Las primeras horas tras el parto son cruciales para un establecimiento de la lactancia eficaz, y en el caso de una cesárea, lo que suele influir no es quenuestro propio cuerpo no funcione bien, sino una serie de rutinas que no favorecen este inicio.
Cuando se produce una cesárea, normalmente le siguen una serie de protocolos hospitalarios asociados a esta intervención quirúrgica, que conllevan la separación de la madre del bebé. 

Lo que verdaderamente afecta al establecimiento de la lactancia y la formación de la leche es esta separación: el niño está preparado para mamar nada más nacer, su estado de alerta lo favorece, y la estimulación del pecho por parte del bebé es el mecanismo que aumenta la producción de leche. 
Cuando la madre queda aislada sin su bebé cerca no recibe este estímulo. Por su parte, el bebé suele recibir biberones de leche artificial, para nutrirlo sus primeras horas y evitar posibles hipoglucemias.
Cuando vuelven a estar juntos, el recién nacido en muchas ocasiones no tiene hambre porque ya ha comido, puede confundirle el mamar de un pecho habiéndole dado antes un biberón, ha perdido sus primeras horas de alerta y ha entrado en un adormecimiento en el cual es más difícil establecer la lactancia.
Por su parte, la madre está cansada y dolorida tras la cesárea, y la herida quirúrgica le puede producir molestias a la hora de ponerse a su hijo al pecho. Ésto unido a una posible falta de motivación y ayuda por parte de su entorno puede hacer que desista de su deseo de dar el pecho. 

Aún así, hay muchas madres que dan a luz mediante cesárea y tienen lactancias exitosas. La información, la predisposición y el apoyo y ayuda por parte de familia y sanitarios es parte de este éxito. 

No obstante, debemos exigir que no nos separen de nuestro bebé. Si esto no es posible, en nuestra ausencia deberían evitar el uso de biberones y utilizar jeringa para dar leche, en el caso de que sea necesario, y evitar así la confusión que pueda surgir en el bebé por alimentarlo con tetinas y pecho después. Nos deberían proporcionar, a la vez, un saca leche y enseñarnos a utilizarlo para estimular la producción de leche y evitar una posible mastitis por no extraer la leche que se va formando en el pecho en el caso de que la separación sea prolongada. 
Una vez juntos es muy importante el contacto piel con piel, y que el pecho esté siempre disponible para nuestro hijo. La lactancia a demanda total, evitar el uso de chupete y vigilar que tanto la posición como el agarre al pecho son correctos, son claves en este proceso.

El haber dado a luz mediante cesárea no tiene porque ser un impedimento para la lactancia. Abordarlo con información y ganas de lactar es importante, y por supuesto, contar con profesionales y grupos de apoyo pueden ayudarte a tener una lactancia exitosa y feliz. 

martes, 4 de noviembre de 2014

HAZTE SOCI@ DE AmAmAr!!

Hola a todos!

Como ya os anunciamos en la reunión del pasado viernes 31, AmAmAr se ha constituido como asociación. Nos gustaría que además de seguirnos y acompañarnos en las reuniones, os hicierais soci@s. 
Os dejamos un formulario de inscripción; no olvidéis dejarnos vuestra dirección de e-Mail para que podamos avisaros de futuras reuniones y talleres.

Gracias por acompañarnos! 

LOS PERCENTILES INFANTILES

Los padres queremos que nuestros hijos se alimenten bien para que crezcan sanos, por eso los percentiles infantiles nos parecen tan importantes. En cada visita al pediatra, después de medir y pesar a nuestro hijo esperamos ansiosos que nos diga en que percentil está, deseando que se haya mantenido, e incluso que haya aumentado; es un orgullo para muchos padres el que sus hijos estén en los percentiles más altos, como sinónimo de niño bien alimentado. 

Los percentiles son una medida estadística que nos dice cómo está posicionado un valor con respecto al total de una muestra.

Es decir, de una muestra total de 100 valores, un percentil 30 indica que hay 70 valores por encima, y 29 valores por debajo. 
Éstas gráficas sirven para cribar posibles patologías, por ejemplo, valores que están muy por debajo o muy por encima de los límites marcados por los percentiles, podrían indicar que el niño que los posee podría tener un problema. Sin embargo, estar por debajo o por encima de los percentiles no indica por sí mismo una patología. 

Para elaborar este tipo de estadística se toman muestras de 100 niños sanos (nacidos a término, no prematuros y sin ninguna patología de base), y se toman 3 valores: peso, talla y perímetro cefálico. Cada uno de los 100 niños con un valor diferente, de menor a mayor. 
Por tanto, si nuestro hijo está en percentil de peso 40, indica que hay 60 niños con un peso mayor y 39 con un peso menor.
Es decir, únicamente indica en que posición está nuestro hijo con respecto a otros 100 niños sanos, en ningún caso indica que deba engordar o adelgazar. Normalmente pensamos que los percentiles bajos son indicativos de peor salud que los altos, incluso pensamos que los niños deben tender a estar sobre el percentil 50, en el medio más o menos...pero no es así. Los percentiles siempre por definición deben tener valores de todo tipo, si todos los niños estuvieran por encima del percentil 50 habría una epidemia de obesidad preocupante. 

En España las gráficas de percentiles de referencia son las elaboradas por el Instituto de Investigación sobre Crecimiento y Desarrollo de la Fundación Faustino Orbegozo. Este centro ha tomado muestras de 100 niños sanos alimentados con lactancia mixta (materna y artificial), que es la norma en la alimentación infantil en España. Los bebés alimentados con biberón suelen tener una ganancia de peso superior a la de un niño alimentado únicamente con lactancia materna. En estos casos, los niños con lactancia materna exclusiva suelen estar en percentiles más bajos, esto nos puede llevar a creer que los los bebés están bajos de peso, incluso que pueden tener un problema de salud. 

La OMS ha elaborado por otra parte unas gráficas tomando como referencia una muestra de 100 niños sanos de diferentes pesos, tallas y medidas de perímetro cefálico, pero alimentados con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses. Aquí se encuentran importantes diferencias, y el niño que está en un percentil bajo en las gráficas españolas está en un percentil mayor en las gráficas de la OMS. Los bebés alimentados con leche materna exclusivamente deberían valorarse con este percentil ya que la muestra se ajusta más a estos niños. 

También solemos pensar que los niños deben seguir siempre "un caminito" y estar en el mismo percentil, pero esto es otro error. Los niños sufren variaciones de peso y medida a lo largo de su desarrollo, y en realidad, sólo un 15% de los bebés siguen la misma curva de crecimiento. 

Los percentiles sirven para valorar el peso y talla de nuestro hijo dentro de todo el conjunto de niños españoles, pero mal utilizada puede ser un motivo de preocupación, en muchos casos, innecesaria.